Ataque de Pánico; Entendiendo el Terror

Según la OMS un 30% de las personas experimentara un ataque de pánico en algún momento de su vida.

Imagínate estar en la fila de un supermercado y, de repente, sientes que tu corazón se acelera, te falta el aire, tu pecho se aprieta y te mareas. Es natural, al sentir esto por primera vez, pensar en que quizás estemos al borde de la muerte! Por suerte no! esta experiencia abrumadora y repentina es un ataque de pánico, una de las manifestaciones a nivel interoceptivo más intensas de la ansiedad. En este breve articulo te traemos la información necesaria para que entiendas y gestiones esta dolencia tan habitual hoy en día.

¿Qué es un Ataque de Pánico?

Un ataque de pánico es una experiencia repentina de miedo o ansiedad extrema que desencadena una serie de síntomas físicos y emocionales intensos. Estos episodios pueden ocurrir sin una razón aparente y a menudo incluyen una combinación de los siguientes síntomas:

Síntomas Físicos Comunes

  • Palpitaciones cardíacas o ritmo cardíaco acelerado
  • Dolor o malestar en el pecho
  • Dificultad para respirar (disnea)
  • Sudoración excesiva
  • Temblores o sacudidas
  • Sensación de asfixia o ahogo
  • Mareos, inestabilidad o sensación de desmayo
  • Náuseas o malestar abdominal
  • Escalofríos o sofocos
  • Sensación de entumecimiento u hormigueo (parestesia)

Síntomas Psicológicos

  • Sensación de peligro o fatalidad inminente
  • Miedo a perder el control o a la muerte
  • Ansiedad extrema
  • Desrealización (sensación de irrealidad)
  • Despersonalización (sentirse desconectado de uno mismo)

Conductas Habituales de Respuesta

  • Evitar situaciones que se perciban como desencadenantes
  • Buscar lugares seguros o personas conocidas
  • Hipervigilancia (estado de alerta constante)
  • Comportamientos de seguridad (por ejemplo, llevar medicamentos o agua)
  • Evitar actividades físicas intensas que puedan desencadenar síntomas similares

Lo que Ocurre en el Cerebro

Durante un ataque de pánico, el cerebro entra en estado de «lucha o huida». La amígdala, que procesa las emociones, envía señales de alarma y activa la liberación de adrenalina. Esta hormona prepara al cuerpo aumentando el ritmo cardíaco, la respiración y la tensión muscular. Sin embargo, en un ataque de pánico, esta respuesta se desencadena sin una amenaza concreta.

Al no haber un disparador claro, la situación se interpreta como un problema físico grave. La persona cree estar sufriendo un colapso físico que podría ser mortal, lo que aumenta aún más la activación de la amígdala y la liberación de adrenalina. Esto crea un ciclo de retroalimentación y lleva a la persona a un estado de desesperación.

Circuito psicológico de activación y mantenimiento del pánico.

Diferenciando un Ataque de Pánico de un Paro Cardíaco

Los síntomas de un ataque de pánico y un paro cardíaco pueden superponerse, lo que hace difícil distinguirlos. El dolor en el pecho de un ataque cardíaco suele ser opresivo y puede irradiarse a los brazos, el cuello o la mandíbula, mientras que el dolor de un ataque de pánico es más punzante y localizado. La duración también puede diferenciarse: un ataque de pánico generalmente dura de 5 a 20 minutos, mientras que el dolor de un ataque cardíaco puede ser más persistente y empeorar con el tiempo.

Ataque y Trastorno de Pánico.

Tener un ataque de pánico en sí mismo no significa que una persona tenga un trastorno de pánico. Un ataque de pánico es una experiencia aislada y repentina de miedo extremo acompañado de síntomas físicos y emocionales intensos, como palpitaciones, sudoración, dificultad para respirar y sensación de pérdida de control. Estos ataques pueden ocurrir de vez en cuando y pueden ser desencadenados por situaciones estresantes o traumáticas.

Por otro lado, el trastorno de pánico implica la ocurrencia repetida y regular de estos ataques de pánico junto con una preocupación constante sobre la posibilidad de futuros ataques. Esta preocupación persistente puede llevar a cambios significativos en el comportamiento y evitar situaciones que puedan desencadenar un ataque, afectando negativamente la vida diaria de la persona.

La Importancia de la Psicoeducación

La psicoeducación es crucial para las personas que sufren ataques de pánico. Comprender lo que está ocurriendo en el cuerpo y la mente durante una crisis de ansiedad puede reducir significativamente el miedo y la intensidad de los síntomas. Por eso dejamos en el siguiente link material psicoeducativo sobre el trastorno de pánico por si te interesa saber mas!

Tratamientos y Estrategias de Manejo


El tratamiento de elección para el trastorno de pánico es la terapia cognitivo-conductual (TCC). Esta terapia se centra en identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la ansiedad y los ataques de pánico. La TCC es eficaz porque enseña a las personas a disminuir la evitación experiencial de manera gradual, lo que reduce la frecuencia e intensidad de los ataques de pánico.

Además de la TCC, en algunos casos se pueden agregar medicamentos como complemento al tratamiento. Los antidepresivos y las benzodiazepinas son las opciones más comunes. Los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), pueden ayudar a reducir la ansiedad a largo plazo y prevenir los ataques de pánico. Las benzodiazepinas, como el clonazepam o el alprazolam, pueden ofrecer un alivio rápido de los síntomas en situaciones agudas, aunque su uso debe ser cuidadosamente monitoreado debido al riesgo de dependencia.

La combinación de TCC y medicación puede ser más efectiva que cualquiera de estos tratamientos por separado, ya que la TCC aborda las causas subyacentes del trastorno mientras que los medicamentos proporcionan alivio inmediato de los síntomas.

Si estas atravesando por un cuadro de ansiedad no dudes en consultar con un profesional!



Prisma Terapia Cognitiva Conductual

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